La primavera viene pegando fuerte, a pesar de que ha llovido poco los campos se han vestido de color. Da gusto pasear recorriendo con la mirada como las flores silvestres forman un tapiz por trigales, campos de olivos y como hasta las veredas de la carretera se abren a la vida. Cuando comenzó todo yo acepté su invitación y me abrí a la alegría.
Ahora la terracita de mi ático rebosa color y quiero compartirla con vosotros.
